Aunque coma mucho, hay días que Baco se hace el remolón con la comida. En ese caso nos ponemos a darle de comer con la mano. De esa manera Baco se acaba comiendo todo el pienso que haya en el cacharro.
Baco es genial. Es travieso y terco, pero cariñoso y protector. Sé que Baco nunca me abandonará. Sé que daría su vida por mí, porque Baco no le tiene miedo a nada. Es el mejor perro del mundo.