Después de nuestra vuelta por Portugal, mi estado de salud nos empuja a adelantar el fin del viaje y pasamos antes de lo previsto a recoger a Baco, en el Valle del Jerte.
Baco es genial. Es travieso y terco, pero cariñoso y protector. Sé que Baco nunca me abandonará. Sé que daría su vida por mí, porque Baco no le tiene miedo a nada. Es el mejor perro del mundo.