A Baco le encanta el campo, como el buen ejemplar de kangal que es. Se pasa el día durmiendo junto al fuego y los ratos en que está despierto nos absorbe la energía con sus juegos.
Baco es genial. Es travieso y terco, pero cariñoso y protector. Sé que Baco nunca me abandonará. Sé que daría su vida por mí, porque Baco no le tiene miedo a nada. Es el mejor perro del mundo.